Diferencias Cognitivas Hombres/animales
A lo largo de toda nuestra historia, la especie humana siempre ha estado
en compañía de la especie animal. Abordado desde muchas teorías acerca del
génesis de la vida, la evolución del ser humano, la evolución y extinción de las
especies y de infinidad de formas de vida se ha tratado de hallar una
explicación a la forma en que la especie humana se ha desarrollado en todos
sus aspectos filogenéticos, cognitivos, intelectuales, culturales y adaptativos;
así lo mas cercano que hemos encontrado desde el punto de vista científico ha
sido la evolución de las especies y la “supervivencia del mas apto”, pero no es
el fin de este escrito enfatizar en las diferentes teorías del surgimiento de la
vida o de la evolución, o responder al gran interrogante de que si provenimos
del chimpancé o no, sino mas bien dar mención de algunos breves y quizás
apresurados apuntes que se aproximan a la amplia discusión de las diferencias
cognitivas entre el ser humano y la especie animal.
Para entrar ha afirmar que la barrera de separación entre los hombres y
animales es punteada y cabe aclarar que es punteada en el sentido de que no
se trata de una línea limítrofe estrictamente, sino de una línea con algunos
espacios que hacen en cierto grado semejante al hombre y al animal
refiriéndonos en el sentido cognitivo claro está; retomamos algo muy
importante que expresa Antonio Dieguez cuando dice “debo dejar sentado de
antemano una convicción que no considero demasiado escandalosa a estas alturas:
no hay una esencia humana” Diéguez fundamenta su drástica
afirmación basándose en que los biólogos y filósofos rechazan el esencialismo,
esto es, la tesis según la cual hay alguna propiedad poseída desde siempre por
todos y cada uno de los miembros de una especie y solo por ellos. Siendo
rechazada entonces la tesis del esencialismo me apoyo en Diéguez cuando
afirma “sino hay una esencia humana, difícilmente puede haber diferencias
esenciales entre los seres humanos y el resto de los animales”.
A lo largo de la historia el hombre se ha interesado en el estudio del
comportamiento animal, la etología es una de las varias disciplinas que se
ocupan de este estudio. Klopfer (1976) define la etología “como el estudio del
comportamiento desde un punto de vista biológico, definición que connota las
comparaciones entre especies, asi como los aspectos fisiológicos, ecológicos y
evolutivos del tema”. Con lo anterior se puede que siempre en el hombre ha
nacido la curiosidad de estudiar al animal, posiblemente lo hace para
entenderse a si mismo pues encuentra en ellos relaciones con los
comportamientos y funciones cognitivas humanas, utilizando lo que llamamos
“psicología comparada”
Surge entonces un interrogante: ¿existe alguna característica que
singularice la especie humana y la separe estrictamente de la especie animal,
es decir, que enmarque una frontera absoluta entre el hombre y el animal? Por
lo general, el ser humano busca antropomorfizar la especie animal y constituir
un estatus de la especie humana frente a las demás. A continuación se plantea
algunas características.
Una de las diferencias más comúnmente conocidas entre humanos y
animales es la capacidad del hombre para poseer autoconsciencia, entendida
como la posesión de un conocimiento de sí mismo; de sus procesos mentales,
característica que hasta hace muy poco tiempo fue refutada por McLean (2001)
quien plantea: “parece darse un cierto grado de autoconsciencia primaria en
algunos chimpancés, orangutanes y delfines”. Quizás estos datos no pueden
ser netamente concluyentes o afirmar completamente que estos animales
tengan la entera capacidad de reflexionar sobre su propia condición pero si
tienen capacidad para acceder a un conocimiento de su propia individualidad.
Sería bastante extenso mencionar cada una de las investigaciones que se
han realizado con animales, junto con ello los resultados que han arrojado y
todas las semejanzas que se han encontrado en pequeña escala de algunos
procesos cognitivos que en el ser humano es innegable aceptar que están muy
bien desarrollados pero que empiezan a verse manifiestos en la especie animal.
Concluyendo entonces seria egoísta no aceptar que la barrera en cuanto a los
procesos cognitivos ente humanos y animales, no marca un horizonte lejano
de aproximación. Y con lo anteriormente mencionado durante todo el escrito
es cierto que “las diferencias entre los seres humanos y los animales son
innegables, y en algunos aspectos muy marcadas pero por si sola no dan para
trazar una frontera absoluta” .